NUESTRA HISTORIA

...“Su hijo está mal hecho señora”… esas fueron las palabras que el medico le dijo a mi madre después de aquella noche fría  y lluviosa en la que, a causa de una fiebre muy alta, mi hermano Eduardo, tuviera convulsiones durante más de 4 horas a los 2 años de edad  , el diagnóstico: parálisis cerebral que le conllevaría a vivir su vida con múltiples discapacidades. Nuestro hermano Eduardo vivió 36 años y lo que al principio parecía una tragedia, se convirtió en una experiencia invaluable que no cambiaríamos por nada. 

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Lo que vino después fue un verdadero desafío familiar, cosas tan básicas como comer, moverse o incluso comunicarse se convirtieron en verdaderos retos, no hay manual ni tutorial en youtube que te prepare para algo así.

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Nuestro hermano podía hacer solo 4 sonidos: ma, pa, ca y a, y sin embargo, nosotros encontramos la manera de saber cuando tenia hambre, cuando estaba triste o incluso cuando necesitaba un solo un abrazo, creamos nuestro propio lenguaje familiar, en nuestra casa no se notaba la discapacidad, era cuando salíamos afuera que aparecían miles de barreras de todo tipo, lo mas revelador fue que nos dimos cuenta que la mayoría de las limitaciones no estaban solo en él, estaban en un entorno que no estaba preparado para acogerlo, un entorno que lo excluía como si estuviera construido con puertas cerradas y puentes rotos.

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Estamos convencidos de que la arquitectura es una herramienta muy poderosa para transformar al mundo en el que habitamos, darnos cuenta de esto, nos conectó con nuestro propósito de vida, desde ese momento nos encargaríamos de abrir las puertas y de transformar esos puentes rotos en caminos accesibles, seguros y saludables para todos a través del la accesibilidad y el diseño universal.

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